Las consecuencias de la obesidad van mucho más allá de un posible malestar estético. Como la enfermedad crónica que es, la obesidad eleva la morbilidad, mortalidad e inclina a las personas a sufrir otros padecimientos (enfermedades del corazón, Covid-19, Diabetes mellitus, tumores malignos, influenza, neumonía y enfermedades del hígado). Los números crecen en todo el mundo, la obesidad se ha triplicado desde 1975 según datos de la Organización Mundial de la Salud.
En México, es uno de los problemas de salud pública más preocupantes. La prevalencia de sobrepeso y obesidad en la población adulta de 20 años y más es de 75.2%, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT, 2018). En jóvenes de entre 12 a 19 años la prevalencia es de 35.8%, en niños de 5 y 11 años es de 35.6% .
Las consecuencias de la obesidad en la población nacional se han hecho notar y están relacionadas con las principales causas de mortalidad en el país de acuerdo a datos oficiales. La alta presión arterial, el asma, la apnea del sueño, las piedras en el riñón, la infertilidad y 11 tipos de cáncer (incluidos la leucemia, el cáncer de mama y el de colon) también han sido correlacionados como consecuencias de la obesidad. El número de casos de cáncer relacionados con ser obeso se estima en un 20%, según un artículo publicado en la revista científica Journal of Obesity.
Consecuencias de la obesidad emocionales y sociales
Las consecuencias de la obesidad no son solo físicas. Quienes viven con esta condición sufren discriminación, salarios menores y una calidad de vida menor. Un estudio publicado en el Archives of General Psychiatry al respecto, mostró que los adultos con exceso de peso mostraban un riesgo 55% más alto de padecer depresión que aquellas personas que no son obesas.
Cómo prevenir las consecuencias de la obesidad
¿Qué puede hacerse para contrarrestar este problema de salud tan recurrente? Los especialistas aseguran que es preciso que se actúe contra las consecuencias de la obesidad tanto a nivel social como a nivel individual. A nivel social son importantes las medidas de salud pública que explican a la población qué alimentos son nocivos (como el etiquetado de octágonos negros en los productos procesados). A nivel individual, es necesario que cada persona tome responsabilidad sobre su bienestar y decida alimentarse mejor (por ejemplo, abandonando la comida chatarra, las bebidas endulzadas y las grasas saturadas). Aunque por sí solo el ejercicio no es suficiente para combatir el sobrepeso, también cuenta (por lo menos 30 minutos de movimiento al día te alejarán de los kilos de más).
Si quieres evitar las consecuencias de la obesidad y no sabes por dónde comenzar, una consulta médica despejará tus dudas para emprender tu camino a la salud.
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