Noventa por ciento de las enfermedades que se tratan en el primer nivel de atención (esto es, cuando acudes a consulta de un doctor de medicina general) se pueden resolver con medicamentos genéricos intercambiables. Según los estudios, además, los medicamentos genéricos tienen varias ventajas y pocas desventajas (o casi ninguna). Pero primero es importante entender ¿qué son?
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), un medicamento genérico es aquel que se ofrece al público bajo la denominación de su sustancia activa y es bioequivalente a la marca original: o sea que tiene una forma y fórmula química igual, y su misma biodisponibilidad (entra al organismo en la misma medida de cantidad y a la misma velocidad que el medicamento de patente). Un análisis de varios estudios clínicos publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA), comparó ventajas y desventajas del efecto de los medicamentos genéricos y las medicinas de marca para tratar enfermedades cardiovasculares y concluyó que los primeros no fueron menos eficaces que los de patente, a pesar de lo que aseguraban empresas farmacéuticas en tribunas de prensa y comunicados.
¿Los medicamentos genéricos son más económicos?

El tiempo en que los fármacos están protegidos por patentes dura normalmente 20 años, período durante el cual tienen una rentabilidad típica del 95 por ciento. Las desventajas de los medicamentos de patente son generalmente los altos precios. La buena noticia es que, de la lista de los 270 medicamentos indispensables elaborada por la OMS, 265 son generalizables, esto es, pueden volverse medicamentos genéricos.
Cuando las patentes expiran, los fabricantes de medicamentos genéricos ofrecen el mismo producto a precios mucho más cercanos al costo de producción. En gran parte de los casos el precio del principio activo de un remedio no llega ni al 5 por ciento del precio final del producto. ¡Mucha diferencia!
Los medicamentos genéricos se prueban por más tiempo
Hay además otra razón para confiar en los medicamentos genéricos intercambiables. Y esta es que, como ya ha pasado tiempo desde que esas sustancias se encuentran en el mercado, es más factible haber observado con menores dudas sus efectos colaterales y eficacia. La vida pública media de un producto medicinal es de alrededor de 10 años entre el momento en que es puesto en venta y aquel en que pierde la protección de la patente. Se puede considerar que éste es el tiempo necesario para que la farmacovigilancia detecte efectos infrecuentes, aunque significativos, que vuelven negativa la relación riesgo/beneficio de ese medicamento y se justifique, por lo tanto, retirarlo del mercado; o en caso inverso, es el tiempo necesario para que se vea confirmada su utilidad.
Pero ¡cuidado! no confundas medicamentos genéricos con similares
Es importante no confundir medicamentos genéricos con medicamentos similares, ya que, estos últimos sí podrían tener desventajas. En México se ha modificado la Ley General de Salud para que los medicamentos genéricos pasen determinadas pruebas y se conviertan en intercambiables (GI), de la misma calidad que los innovadores. Los medicamentos que no son intercambiables (conocidos como “similares”), cuentan con la autorización de la Secretaría de Salud pero deberán también someterse a revisiones de sus fórmulas para evaluar su eficiencia terapéutica y seguridad, y obtener el sello de GI. Si esta sigla no está en la caja del medicamento, implica que no es de la misma calidad, ni presenta igual bioequivalencia y biodisponibilidad que el medicamento original.
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