Son aquellas que afectan al cuerpo y pueden ser producidas por agentes externos como virus o bacterias; genéticos o hereditarios; estilos de vida estresantes o por consumos excesivos, las cuales pueden presentar infinidad de síntomas que pueden ser de mayor o menor impacto en el cuerpo humano.
Enfermedades físicas por el avance de la edad
En todo el mundo, se está presentando una condición donde ahora las personas viven más tiempo que antes. Hoy en día la población tiene una esperanza de vida igual o mayor a los 60 años, y se está incrementando tanto de la cantidad como de la proporción de personas mayores de edad en la población.
Comprender el envejecimiento
Desde el punto de vista biológico, el envejecimiento trae consigo la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares que con el paso del tiempo van presentándose, lo que lleva a un declive gradual de las capacidades físicas y mentales, y un mayor riesgo de padecer enfermedades sistémicas y, en última instancia, a la muerte. Estos cambios no son lineales ni uniformes, y su vinculación con la edad de una persona en años es más bien relativa. Más allá de los cambios biológicos, el envejecimiento suele estar asociado a otras transiciones vitales, como la jubilación, el traslado a viviendas más apropiadas y el fallecimiento de amigos y parejas.
Afecciones comunes asociadas con el envejecimiento cabe citar:
- Pérdida de audición
- Cataratas y los errores de refracción
- Los dolores de espalda y cuello
- Osteoartritis, las neumopatías
- Obstructivas crónicas
- Diabetes
- Depresión y la demencia.
- Cardiopatías
- Y todas las complicaciones de estas.
A medida que se envejece aumenta la probabilidad de experimentar varias afecciones o enfermedades físicas al mismo tiempo.
En la vejez es cuando suelen presentarse estados de salud complejos que se conocen habitualmente por el nombre de síndromes geriátricos. Por lo general, son consecuencia de múltiples factores subyacentes que incluyen la edad, el sexo, la genética, la fragilidad, la incontinencia urinaria, las caídas, los estados delirantes y las úlceras por presión.
Aunque hay personas que pueden seguir conservando sus facultades físicas y psíquicas similares a las de cuando eran jóvenes. Otras personas, en cambio, sufren un deterioro considerable a edades mucho más tempranas.
La calidad de vida que se puede tener durante la vejez no es una cuestión de azar. En gran medida se debe a los hábitos alimenticios, entornos físicos y sociales en que se desarrollan las personas, pues esto influye en sus hábitos relacionados con la salud.
La relación que mantenemos con nuestro entorno viene determinada por características personales como la familia en la que nacimos, nuestro sexo y etnia, y eso da lugar a desigualdades en nuestra relación con la salud.
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